Excelente libro de Pablo Llonto sobre la Contraofensiva Montonera (1979-1980)
- Sergio Ortiz
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Actualizado: hace 2 horas
“DERECHO A LA RESISTENCIA”

Fue editado y publicado por Cooperativa La Minga.
NOTAS PARA LA LIBERACIÓN
SERGIO ORTIZ. 5 de Junio de 2025
LA RESISTENCIA
El libro es edición 2024, de Cooperativa La Minga, 328 páginas, con prólogo de la periodista Luciana Bertoia, columnista de temas de DD HH en Página/12. Su autor es el abogado, periodista y escritor Pablo Llonto, profesor universitario y desde hace décadas un gran defensor de familiares y organismos de derechos humanos.
Justamente este libro gira alrededor de sus alegatos contra seis militares pertenecientes a estructuras de Inteligencia del Ejército, enjuiciados y condenados por sus crímenes contra militantes montoneros cometidos durante la llamada “Contraofensiva Montonera” de 1979-1980. Los alegatos de Llonto fueron en las audiencias realizadas en los tribunales de San Martín entre el 4 de febrero y el 11 de marzo de 2021, y concluyeron con las condenas a cadena perpetua de esa media docena de genocidas.
El autor se basó en numerosos testimonios de familiares de aquellos desaparecidos y asesinados, y de algunos sobrevivientes, de archivos de sus hábeas corpus y denuncias de la época de los hechos, de juicios anteriores a este, e incluso de documentos obtenidos de las mismas Fuerzas Armadas, etc, tanto de aquí como del extranjero. Por eso no hubo dudas para dictar aquellas unánimes condenas a perpetuas.
Y ese recorrido por las pruebas, testimonios y documentación es muy revelador, tanto para las nuevas generaciones como para aquellos que vivimos ese tiempo de terrorismo de Estado y algunas circunstancias no conocíamos o no recordábamos. Es en ese sentido un gran aporte de Pablo a la Memoria colectiva de nuestro pueblo.
Un aspecto fundamental del libro en política es que valoriza política e históricamente esa campaña de Montoneros contra la dictadura, frente a todos quienes la demonizaron como "una locura". En estas décadas de democracia burguesa se ha arrojado mucha tinta envenenada contra la Generación del ‘70 y en especial sobre las organizaciones político-guerrilleras. A la sangrienta derrota a manos de la dictadura militar-cívica (con los procedimientos criminales muy bien denunciados en este libro), se sumó luego de la derrota una avalancha liquidacionista proveniente de la mayoría de los ángulos políticos e ideológicos burgueses y pequeño burgueses, incluidos progres y reformistas. Toda esa lucha por el poder en los ‘70 habría sido no sólo una locura sino también “funcional” a la dictadura y a la derecha en general. Incluso se dijo que los dirigentes de aquella organización habrían sido cobardes que se quedaron cómodos en el exilio y “mandaron al muere” a sus militantes. Hasta se calumnió con que algunos dirigentes habrían sido “servicios” o “filtros”. Todo falso: sobre 16 miembros de la conducción montonera, 13 fueron asesinados y sólo sobrevivieron Mario E. Firmenich, Roberto C. Perdía y Fernando Vaca Narvaja.
Toda esa basura de mentiras queda pulverizada por los alegatos de Pablo. Allí queda claro que la “Contraofensiva Montonera” no fue un plan aventurerista, foquista y descolgado sino que, con agitación, propaganda, acciones políticas y algunas puntuales operaciones armadas se quería acompañar la incipiente resistencia obrera y de DD HH que ya existía contra Jorge R. Videla, Roberto E. Viola, Emilio E. Massera y demás dictadores. Por otro lado, de esa campaña no sólo participaban algunas decenas de ingresados desde el exilio de México, Brasil, España, etc, sino también muchos militantes montoneros que se habían quedado en el país. Dirigentes de Montoneros vinieron en la Contraofensiva y fueron asesinados, como Armando Croatto, Horacio Mendizábal, más tarde Ricardo R. Haidar, etc. En total, según el racconto del libro, fueron asesinados 53 militantes de la Contraofensiva (pág. 216), aunque otras fuentes hablan de 80 o 90.
LA GUARDERÍA EN CUBA

Hiijos e hijas de montoneros, con dirigentes de la organización, en la guardería en La Habana.
El libro cuenta muchas historias de vida de esos militantes y sus familias durante esos años tan duros de resistencia, sacrificios y clandestinidad. No conocía el caso de la familia Fleitas, que se fue a vivir al monte, en Chaco, en condiciones dificilísimas, durante dos años, entre 1976 y 1978 (pág. 265). Sí sabía de la Guardería para decenas de hijos de montos en Cuba, gracias a la película del mismo nombre de Virginia Croatto, que funcionó en la solidaria Cuba. En cambio, una nota muy reaccionaria sobre el tema es la de Claudia Peiró, “La Guardería: historia de los hijos de la "Contraofensiva" montonera” (Infobae, 11 de abril de 2016). Un asco. Tampoco sabía que varios Testigos de Jehová habían sido secuestrados y torturados en dependencias de Campo de Mayo.
A lo sumo, como crítica constructiva, yo le apunto a Pablo que su visión de la lucha debería incluir no sólo a la “Contraofensiva Montonera” sino también a otras organizaciones como el PRT-ERP, nuestro partido Vanguardia Comunista (actual PL) y varias más, obviamente respetando que el tema central era el del juicio de 2021. Pero la verdad histórica es que la resistencia a la dictadura no fue solo montonera.
En esos alegatos se apuntó como nunca antes contra los aparatos de Inteligencia del Ejército, tan alabados por el genocida Jorge R. Videla. Llonto destaca la coordinación criminal de la Jefatura II de Inteligencia, el Batallón 601, el Batallón 201 y el Estado Mayor de Campo de Mayo. O sea, los genocidas no fueron sólo los que secuestraban, torturaban, violaban y arrojaban al mar a los militantes sino también lo que preparaban todos esos operativos, estudiando los datos obtenidos con la tortura y el espionaje, para lograr más información y poder seguir secuestrando y matando. Pablo desnuda la criminalidad de aquellos asesinos que se quisieron lavar las manos en los juicios diciendo que ellos sólo estaban en sus escritorios…
Estos tipos tuvieron sus socios, cómplices e informantes. Por caso, el autor dice que los hermanos Adolfo y Alberto Rodríguez Saá, peronistas, enviaron una carta al almirante Massera con una lista de los militantes políticos “subversivos” de San Luis, entre ellos Julio Suárez, quien luego fue desaparecido (pág. 117).
POR UNA CONTRAOFENSIVA ANTIFASCISTA

Pablo Llonto, el autor del libro.
Por razones obvias de que son alegatos de un juicio contra los genocidas, no se aborda la compleja temática de los delatores, tortura mediante, que en este caso también los hubo y derivaron en nuevos secuestros y desapariciones en el país, Perú y España.
Entre los seis condenados está Marcelo Cinto Courtaux, cuyo hijo homónimo fue asesor de la fascista Victoria Villarruel en Diputados (2021-2023) y ahora con ella como vicepresidenta es el director general de Relaciones Parlamentarias del Senado. El padre fue parte de los genocidas que recibieron la visita de legisladores de La Libertad Avanza en 2024 y ahora, el 10 de mayo pasado, junto a otros condenados por crímenes de lesa humanidad, fueron premiados con “el traslado desde la cárcel de Ezeiza a la cárcel VIP de Campo de Mayo, donde podrán jugar al tenis o tener clases de teatro o talleres de stretching”, como detalló Bertoia en Página/12.
Al final de su alegato Llonto dio una lista de nombres, sobrenombres, cargos, etc, de muchos otros genocidas actuantes en estos crímenes de Campo de Mayo y la ESMA. Pidió a la justicia que se avanzara con las investigaciones y no quedaran impunes esos “autores, coautores y partícipes” (pág. 307). Eso no se hizo. Eso no pasó. Le pregunté qué había sido de los 6 condenados y Pablo me dijo: “uno murió, cuatro están en su casa y el más joven (Cinto Courtaux) está preso, ahora en cárcel VIP”.
Mi conclusión: además de seguir con los juicios y la lucha histórica por la Verdad, es necesaria una Contraofensiva Antifascista Combativa, como heredera política de la Contraofensiva de 1979-1980.
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