55 POR CIENTO DE POBRES Y 17,6 DE INDIGENTES
LA SEMANA POLÍTICA
SERGIO ORTIZ. 7 de Junio de 2024
NADA ES CASUAL
Desde que asumió el facho seudo libertario Javier Milei, la pobreza pegó un salto. Según el Observatorio de la Deuda Social, de la Universidad Católica Argentina, hasta ese momento el flagelo pegaba duro sobre el 44 por ciento de la población, un ostensible fracaso del gobierno de Alberto Fernández-Cristina Fernández-Sergio Massa. Ahora, al cumplirse seis meses de ajuste inhumano, el índice de pobreza aumentó 11 puntos: 55 por ciento de los argentinos. Tan doloroso como ese rubro, o más aún, es que se empinó la indigencia, hasta el 17,5 por ciento (al fin del gobierno anterior era de “sólo” 9,6).
Traduciendo a personas de carne y hueso, hay más de 25 millones de pobres y dentro de éstos 7.8 millones son indigentes, que pasan hambre. No tienen los indispensables desayuno, almuerzo, merienda y cena (omito mentar “cuatro comidas” porque no faltará el despistado que dirá que fomentamos la obesidad). Con su producción de alimentos nuestro país puede alimentar a 400 millones de personas, pero pasa hambre una parte significativa de sus 46 millones, con más altos porcentajes en infancias y adolescencias, de abuelos y pensionados.
Según el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec), una familia tipo necesitaba en abril 373.044 pesos para no ser indigente y 828.158 pesos para no ser pobre. Muchos compatriotas cobran salarios, jubilaciones, pensiones y planes sociales muy por debajo de esas cifras, además de que la política del actual gobierno los atrasa y recorta en aras del bendito (léase maldito) déficit cero.
Importa precisar quiénes son los responsables de esta tragedia. Aunque una parte de la sociedad, analfabetizada políticamente no lo advierta, tiene alta culpabilidad el gobierno de Milei. Con su devaluación del 118 por ciento dio un impulso feroz a la remarcación de precios y los alimentos, que ya eran carísimos, se fueron a las nubes. Eliminó los escasos controles del Estado, para que “el mercado” los decidiera “en libertad”. Y eso fue un “Viva el hambre, carajo!”.
El culpable de la pobreza y el hambre es la dupla del gobierno facho fondomonetarista y los monopolios. Decir Milei solamente sería quedarse cortos y omitir el accionar de Molinos, Arcor, La Serenísima, Ledesma, AGD, Mondelez, La Anónima, Carrefour, Cargill, Bunge Viterra, ADM y demás popes de la alimentación y la exportación.
MINISTERIO DE CAPITAL INHUMANO
La mayoría de la casta le votó a Milei la ley Bases en Diputados.
Ese cuadro de destrucción tiene varios actores en el gabinete de LLA, en particular Sandra Pettovello, de Capital Inhumano. Ese rótulo fue ganado a base de despedir empleados, cerrar organismos, cortar el suministro de comida a 41.000 comedores populares, barrer con los programas de urbanización de barrios populares, etc. En especial en las últimas semanas “la mejor ministra de la historia”, diría el mentiroso presidente, fue golpeada por el escándalo de 5 mil toneladas de alimentos depositados en Villa Martelli y Tafí Viejo, negados a los sectores que los necesitaban con urgencia y corriendo el riesgo de echarse a perder.
Una investigación del periodista Ari Lijalad de El Destape destapó el 22 de mayo esta olla podrida. Fue negado por la ministra, con el mismo énfasis con que lo había hecho antes el entonces ministro del Interior, Guillermo Francos, proveniente como Milei y Nicolás Posse de la escudería de Eduardo Eurnekian, la Corporación América. Nobleza obliga, además de aquella primicia del portal de Roberto Navarro, tuvo un rol destacado Juan Grabois, de Argentina Humana, quien la denunció ante la justicia. El juez Sebastián Casanello le dio curso y ordenó a Pettovello que en 72 horas informara cuántos eran los alimentos acopiados sin distribuir y que lo hiciera de inmediato. Lejos de acatar este fallo, la ministra -por medio de la panqueque ex K Leila Gianni – y del vocero presidencial Manuel Adorni, dijeron que no acatarían a un “juez militante”, epíteto heredado por el mileismo desde los tiempos opositores de Clarinete y el macrismo.
Por eso tuvo que intervenir una Cámara de Apelaciones. Grabois llegó a la audiencia diciendo que “el fallo ya está escrito” en su contra. Por suerte se equivocó en esto y admitió que “sorpresas te da la vida”. La Cámara respaldó a Casanello y dio 24 horas al ministerio Inhumano para que informara y comenzara a distribuir los alimentos. Como “yerba mala nunca muere”, esa repartición empezó tarde y mal: usó al Ejército para llevar leche en polvo a determinados comedores, según un acuerdo con Conin, la detestable ONG del médico antiderechos, Abel Albino. Los miles de merenderos de las organizaciones sociales, que luchan contra el hambre desde muchos años, fueron marginados y demonizados como “fantasmas”.
La distribución también fue despareja, porque se favoreció a provincias oficialistas como Mendoza y Entre Ríos, y se dejó de lado, con una cantidad ínfima, a la populosa provincia de Buenos Aires. Lijalad puso otro dedo en la llaga: “Un punto clave que aún queda por dilucidar es lo que el juez Casanello encontró y Grabois remarcó en la audiencia: las diferencias entre las planillas que entregó Pettovello en distintas instancias. Hay diferencias de números e incluso de alimentos entre las que recibió El Destape tras su pedido de acceso a la información pública y lo que Pettovello informó a la Justicia tras la revelación de este escándalo. Falta, por ejemplo, 130.270 botellas de aceite mezcla, 9.149 kilos de harina de trigo, 8.536 kilos de leche en polvo y 4.428 kilos de yerba, entre otros productos. ¿Deficiencias en las planillas o se ocuparon de eliminarlos porque estaban vencidos?”. Muy buena pregunta.
Esta sería la mitad de esta historia Inhumana. La otra salió a luz en la secretaría de Niñez y Familia de ese ministerio, del derechoso Pablo de la Torre. Este se habría quedado con parte de los sueldos de muchos empleados ñoquis, inexistentes, en pesos que se cambiaban a dólares luego de cobrar los contratos que esa Secretaría firmó con la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI). Un funcionario del mismo ministerio fue coaccionado varias horas para que echara todas las culpas a De la Torre y la cadena de responsabilidades se cortara allí. La justicia dirá, pero dos cosas ya fueron comprobadas como reales. Hubo criminalidad gubernamental en su demora semestral en entregar alimentos en momentos de hambruna. Y hubo corrupción en ese ministerio a cuya responsable Milei beatificó como la mejor de la historia. Está tan debilitada que los facho libertarios y sus aliados tuvieron que impedir su citación a Diputados para rendir cuentas del escándalo, por 116 votos contra los 101 que querían hacerle preguntas. Zafó, pero está prendida fuego: no la defendieron ni los amigos de la corpo mediática.
CASI TODO EN CONTRA
El gobierno presume de la baja de inflación, una verdad menos que a medias, pues se basa en que el índice de mayo sería 5 por ciento, comparado con el 8,8 de abril. Pero aún así, 5, es un récord para América Latina, que superará una vez más a la denostada Venezuela. En los primeros cinco meses del año la inflación será del 70 por ciento. ¿De qué presumen entonces? El gobierno insiste en que ese drama está casi solucionado. Y la mentira es utilizada también para disminuir la gravedad de la recesión, que varios economistas llaman depresión. Los oficialistas dicen que la economía empezó a reactivarse. Al principio mentían con que sería un dibujo en V, o sea fuerte caída y fuerte levantada, ahora algunos admiten que sería en L, una caída profunda y estancamiento posterior que derivaría en más parate.
La industria cayó en abril pasado 16,6 por ciento en comparación con mismo mes del año anterior. Y la depresión del primer cuatrimestre en comparación con ese lapso del 2023 fue del 15,4 por ciento, según el Indec. En la construcción, en abril la disminución fue del 37,2 por ciento en cotejo con mismo mes de 2023 y en el primer cuatrimestre la caída fue del 32 por ciento. Todos esos guarismos se traducen en fuerte pérdida del empleo privado: 100.000 puestos menos. Entre tanto, Milei se ufanó ante un ignoto “Foro Económico Latinoamericano” que ya despidió a 25.000 empleados públicos y echará a otros 50.000. En esa exposición aseguró que vetará cualquier ley que atente contra el equilibrio fiscal, en referencia a la media sanción en Diputados para mejorar un poquito las jubilaciones (8 por ciento para compensar la pérdida de enero pasado y luego actualización por inflación). La vetará y “me importa tres carajos”, vociferó. Semejante barbaridad tiene una motivación muy facha libertaria: la Oficina del Presupuesto informó que de 100 pesos “ahorrados” de gasto público, 40 correspondieron a jubilaciones.
Tratando de adecentar lo indecente, el promovido jefe de Gabinete, Francos, negoció con Martín Llaryora y gobernadores de Neuquén y Chubut, así como con sus referentes parlamentarios, para conseguir en comisiones del Senado un dictamen favorable a la ley de Bases y la reforma antilaboral. Lo logró a duras penas y el 12 de junio habrá sesión para tratar ese proyecto que viene de Diputados, donde después de muchas demoras y concesiones tuvieron el voto de sus socios del PRO, ahora presidido por Mauricio Macri, y de los amigables bloques de la UCR, Hacemos Coalición Federal y otros siempre listos para un barrido o un fregado según la propina. De todos modos no están asegurados los 37 votos para que el plan de ajuste consiga la mayoría en el Senado y convierta en ley dos barbaridades: el RIGI, que nos hará más colonia, y la reforma antiobrera que extirparía conquistas del mundo laboral.
Ese 12 de junio las centrales sindicales, los gremios, movimientos sociales y piqueteros, jubilados, organismos de derechos humanos, centros de estudiantes, movimientos culturales, feministas, de pueblos originarios, etc, están convocando a manifestarse frente al Congreso, en oposición a esos proyectos de Milei y sus socios. El debate adentro del recinto será fuerte y por ahora de resultado incierto. Una razón extra para creer que el punto decisivo puede ser la calle, en las afueras del Senado. Ahí estará la pulseada principal, entre el movimiento de masas, por un lado, y el gobierno más las fuerzas de seguridad de Patricia Bullrich y de Jorge Macri, por el otro. Los mileístas son una patética minoría en la calle y no suelen disputar frente al movimiento obrero y popular, por debilidad congénita y estructural. Su desquiciado líder le dijo a un medio estadounidense que él vino del futuro apocalíptico para terminar con el socialismo, como Terminator, citando a Arnold Schwarzenegger, “otro libertario”. Locura total...
Abundan huelgas, protestas y cortes de calles en resistencia al ajuste. Irán en aumento. El límite es que hasta ahora no han podido generar un frente político antiimperialista y antifascista para potenciar la resistencia hasta derrotar al gobierno. Debería ser una dirección política plural y nueva, no una repetición de los liderazgos peronistas y kirchneristas de los últimos 25 años, que desde 2015 vienen de fracaso en fracaso. Verla a Cristina deslindarse de los planes sociales y aclarar que en sus gobiernos disminuyó su número, en vez de exigir hoy más ayuda del Estado en esta crisis de pobreza y hambre, da vergüenza ajena. Igual que verlo a Axel Kicillof sacarse dos fotos con Fernando Espinoza, el procesado intendente de La Matanza. Esa interna K está que arde, entre Cristina-Máximo versus Axel. Horacio Verbitsky, el domingo pasado, reiteró su adhesión a aquella dupla K, destratando al gobernador, “que ejerció el derecho humano a la torpeza”.
Esos dirigentes, con esas políticas del “capitalismo productivo”, son sinónimo de nuevas derrotas y decepciones. Cristina debe jubilarse y no por razones de edad sino de decrepitud de su proyecto político. Para enfrentar a un ajuste fondomonetarista se necesita un frente antiimperialista. Para frenar a los fascistas hay que crear un frente antifascista. No hay otra solución. Es un desafío que convoca a unir a las fuerzas de izquierda, el nacionalismo popular, el cristianismo de base y los movimientos sociales que luchan por sus reivindicaciones inmediatas y una patria liberada. Mejor apurar el paso hacia ese frente porque es la única forma de vencer en esta situación tan difícil. Las demoras y el sectarismo pueden prolongar el ajuste, con un saldo más doloroso que el registrado hasta hoy.
Avanzar desde la resistencia a un frente político antiimperialista.
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