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Argentina no es Suiza; acá hay cambios bruscos y rápidos

SE AGUDIZA LA CRISIS DE FONDO Y SE MEZCLA CON LO ELECTORAL



LA SEMANA POLÍTICA

SERGIO ORTIZ. 4 de julio de 2023


CAMBIOS BRUSCOS E INESPERADOS

El cronista tiene una frase para explicar las rarezas del país: “Argentina no es Suiza”. Y no se refiere a las obvias diferencias entre un país capitalista avanzado y otro dependiente. A veces la utiliza para bromear sobre el contraste entre la puntualidad suiza y la hora de demora con que, en Córdoba y Salta, no digamos Santiago del Estero, pero también los porteños de CABA, comienzan los actos políticos. Hoy quiere remarcar que la rutina suiza, de situaciones políticas y financieras de leves cambios en lapsos más largos, contrasta con la vorágine de mutaciones políticas, económicas y hasta anímicas en nuestros pagos.


Esos cambios suelen ser muy positivos. Por ejemplo, el 7 de mayo el gobernador de Jujuy, el derechista Gerardo Morales, carcelero de la lideresa social Milagro Sala, festejó su triunfo electoral. El candidato que él puso, Carlos Sadir, actual ministro de Economía, obtuvo el 49,73 por ciento de los votos para gobernador, imponiéndose al empresario peronista Rubén Rivarola, del Frente Justicialista, que tuvo el 22,30 y al candidato de izquierda del FIT, con el 11,82. En esos comicios también se eligieron convencionales constituyentes para modificar la Constitución. Morales encabezó la nómina triunfante, con 29 constituyentes, frente a los 13 del FJ y 6 del FIT. De ese modo se dispuso a votar la nueva Constitución que, además de penalizar los cortes de calles y la ocupación de edificios públicos, ponía en riesgo a las comunidades originarias porque sus tierras incluyen reservas mineras, sobre todo litio, que Morales viene entregando a multinacionales. Y busca ampliar esa explotación a gran parte del territorio provincial, lo que requiere sacar a esas comunidades de sus tierras y en el mejor de los casos reubicarlas por la fuerza en otras.


Si Argentina fuera Suiza, ese plan quizás se hubiera podido implementar, con algunas demoras judiciales. El modelo de ajuste, extractivismo y entrega con represión policial de Morales, hizo que Jujuy regurgitara desde sus entrañas no litio sino un aluvión de luchas de diversos sectores, que se fueron enlazando y potenciando. Esa unidad es un milagro en la Argentina, por lo general divisionista, celosa y sectaria. Esta vez los gremios docentes que exigían 200.000 pesos de salario básico y aumentos según inflación, empezaron su huelga por tiempo indeterminado el 5 de junio y ya cumplen un mes al pie del cañón. Y las comunidades protagonizaron 22 cortes de rutas nacionales y provinciales, y al igual que las docentes los mantuvieron pese a la represión.


Morales tuvo que derogar su decreto represivo y anular los dos artículos más agresivos hacia los originarios, además de conceder algunos aumentos salariales a los empleados públicos, sin satisfacerlos. Desde el inicio del paro docente, y sobre todo desde la lucha de calles del 20 de junio, cuando se hizo jurar la Constitución con una brutal represión, en esa provincia se ha ratificado que el pueblo argentino no es “de tibios y cagones”. La lucha hoy continúa, aunque no en el elevadísimo nivel de esos días.


Premio consuelo para Morales: fue ungido como candidato a vicepresidente por Horacio Rodríguez Larreta en una de las dos fórmulas del macrismo. Aún en caso de llegar a la vicepresidencia, ya sabe qué le espera cuando vayan a reprimir a los sectores populares. Remember Jujuy, míster Morales.


OLLA A PUNTO DE REVENTAR



Si bien Jujuy es el punto más elevado de combatividad popular ante gobiernos despóticos que aplican ajustes con los dictados del FMI para el país (no los impone a Suiza ni a los integrantes del G-20), lo suyo no fue una rareza. Hay un acampe de Unidad Piquetera en Buenos Aires para exigir al gobierno las reivindicaciones de los últimos años, así como comida para los merenderos, herramientas y materiales para huertas y cooperativas. ¿Los atenderá con buena onda Victoria Tolosa Paz, alias la “rubia, concheta, tarada, aburrida” para parafrasear a Luca Prodan? Debería estar de mejor ánimo porque si bien tuvo que bajarse de una imposible candidatura a gobernadora de Buenos Aires, tuvo una importante recompensa: número 2 a diputada nacional por esa provincia.


Es difícil que esa ministra y cualquier otro de la gestión fondomonetarista del Frente de Todos, camuflado ahora como Unión por la Patria, vaya a conceder lo que reclaman los sectores populares. La línea de pobreza, traducida como Canasta Básica Total, sin contar alquiler, es de 217.916 pesos, y resulta que el Salario Mínimo Vital y Móvil es de 87.987 pesos. Eso contrasta no sólo con la CBT sino incluso con la línea de indigencia marcada por la Canasta Básica Alimentaria, de 99.053 pesos.


Las estadísticas alertan sobre un aumento de la pobreza, que ha superado el 39,2 por ciento de la medición anterior y se ubicaría, según la UCA y otras universidades privadas, cerca de 41. Tomando en consideración la población total hay más de 18.5 millones de pobres. Indignados, los movimientos sociales y piqueteros que convocaron al mencionado acampe, dicen que hay 20 millones de pobres. Números más o menos, sin precisión suiza, es la verdad del ajuste llevado a cabo por el gobierno que prometió investigar la deuda de Mauricio Macri, mejorar los salarios y jubilaciones y tantas otras carnadas en anzuelos electorales.


El caradura neoliberal de Macri dijo que la inflación era un problema de fácil solución, pero perdió el gobierno en 2019 con el 53,8 por ciento. El gobierno peronista dijo que iba a bajarla, pero a abril de 2023 la inflación de los dos Fernández (Alberto y Cristina) más Sergio Massa, según el INDEC, era del 324 por ciento. A eso hay que sumarle los primeros cinco meses del año: 42,2 por ciento. Con los descuentos debidos, la marca del Frente de Todos y el FMI es la peor de todas: 360 por ciento desde su asunción hasta mayo pasado. Y faltan los meses más duros, que si no son tan feos en inflación (en junio sería inferior al 7,4 de mayo), será porque está cayendo la actividad económica. Hay una incipiente recesión y el PBI bajará 2 por ciento este año, según el Banco Mundial. Si merma un poquito la inflación sería por caída de la economía: se produce, se compra y se vende menos. La inflación, lejos de desaparecer, bajaría algún puntito, pero igual llegaría a tres dígitos a fin de año: Massa en el Presupuesto Nacional 2023 la dibujó en 60 por ciento.


¿Pueden bajar los precios aunque en mínima medida? Sí, por las razones mencionadas, pero no hay que hacerse ilusiones. En julio vienen los aumentos de combustible, prepagas, transporte, internet, cable y teléfonos, etc. Y ahí anda Massa, por medio de su delegado Matías Tombolini, franeleando con los formadores de precios para que hasta las PASO no los aumenten. El gobierno sigue creyendo que los monopolios de la Unión Industrial “Argentina”, de Funes de Rioja y Paolo Rocca, son amigos. Pueden ser sus amigos, pero esas empresas no se mueven por amistades sino por grandes negocios.


CUATRO EN UNO

Por las dudas que algún lector se haya despistado al bajar de los cerros de Humahuaca hacia el berenjenal electoral, se subraya que lo principal es la crisis económica-social y política, con los dramas de pobreza, inflación, hambre, marginalidad y otras miserias en un polo, y una tremenda riqueza y valoración de activos en el otro extremo, de Recoleta y countries. De todos modos, faltando 40 días para las PASO, lo electoral va metiendo la cola y revolviendo la crisis principal.


Los candidatos de los grandes partidos patronales, no son exactamente lo mismo, pero son muy parecidos. No son gemelos, pero parecen hermanos, no de sangre pero sí políticos.

Se están peleando a muerte en esas coaliciones. En el oficialismo parecen haber puesto pausa a esas furiosas internas que terminaron bajando al hijo de la Generación Diezmada (Wado de Pedro) en favor del hombre de la Embassy (Sergio Massa). Claro que donde hubo fuego quedan algo más que cenizas. La derrota en San Juan y San Luis, y alguna otra que podría ocurrir, por ejemplo en Chaco, realimentan ese fuego que la foto de Massa y Daniel Scioli no podrá ocultar.


En Juntos por el Cambio siguen tirándose a matar, entre Patricia Bullrich y Rodríguez Larreta, más que nada con insultos personales. Sus proyectos de un mayor ajuste, en mucha mayor escala que el actual, no difieren en términos cualitativos sino de cantidad, tiempo y forma. Que van a ajustar a fondo, eso está claro. Quien posa de mayor amplitud y flexibilidad, el alcalde porteño lleva en su fórmula al criminal Morales, que viene de hacer el trabajo sucio en su provincia. Tiene expertise, como se dice ahora, para hacer eso a mayor escala y nivel nacional. El apellido Bullrich Luro Pueyrredón remite a la oligarquía y a la mal llamada “Campaña del Desierto”, pero más acá en el tiempo a la represión macrista, la desaparición forzada de Santiago Maldonado y el asesinato de Rafael Nahuel. Ahora vienen a hacer eso a escala mayor y en menor tiempo, sin etapas. En el caso de “Pato” con el aval del ingeniero Macri, amigo de Trump y Bolsonazi, este último sancionado en Brasil a no poder competir hasta 2030.


El otro derechista neonazi, Javier Milei, sigue proponiendo animaladas, mintiendo con que ya tiene los dólares suficientes para dolarizar la economía. Por suerte sus negociados, trenzas y chanchullos lo dejaron muy atrás en las elecciones provinciales; se pinchó la “teoría de los tres tercios” en la que creyó Cristina hasta hace dos meses.


Esos tres (Bullrich, Rodríguez Larreta y Milei) son candidatos de la Embassy y el establishment, con más votos los dos primeros. Sus planes quirúrgicos no son leves. La derecha no quiere quirófano sino un frigorífico para matar y amputar a seres humanos a escala industrial. Milei también, incluso para vender órganos.


Además de los planes que les preparan sus equipos “técnicos”, hay otros aportes de la derecha. Por ejemplo, el plan de gobierno de Carlos Melconian, de la Fundación Mediterránea y el IERAL, plantea devaluar, privatizar y cerrar empresas estatales, nueva deuda externa y reformas laboral y previsional, con economía bimonetaria. Otro estudio, de Sergio Cassinotti, afirma que el PAMI “es inviable”, perfilando una especie de genocidio contra jubilados y pensionados.


Si sólo fueran esos 3 presidenciables el drama no sería completo. El problema es que el cuarto, Massa, también integra el grupo de obedientes a la Embassy de Marc Stanley, la Casa Blanca, el Departamento de Estado, el Tesoro, Wall Street y el FMI, amén del Comando Sur de la generala Richardson. No se trata sólo del prontuario del ministro de Economía y sus visitas a la embajada de EE UU detalladas en ArgenLeaks, de Santiago O’Donnell, sino de su historia posterior, hasta nuestros días. Lo último fue pagar 2.700 millones de dólares al FMI, con plata nuestra, el 30 de junio, porque Kristalina Georgieva no le envió los 4.500 millones que debía desembolsar. Y también pagará 2.000 millones a los fondos como BlackRock, cumpliendo los acuerdos de agosto de 2020.


Una vez ungido por el dedo de Cristina, en arreglos con los gobernadores y el PJ, y con el visto bueno de Stanley, Massa hizo desaparecer a Wado. Y retomó su carrera presidencial con lo que cayó otra mentira suya, esa de que no iba a ser candidato y que su familia tampoco lo dejaba… Él y Malena componen una dupla horrible por proimperialista, pero también muy mentirosa.


A los efectos de que el electorado kirchnerista pueda tragar el sapo de Massa, que viene de la UCEDE y no de la Generación Diezmada, Cristina y Máximo Kirchner habilitaron a Juan Grabois a presentarse dentro de Unión por la Patria. Tal competencia no será tal, no sólo por la desproporción de fuerzas ahí sino porque Grabois puso su gente dentro de las listas del PJ: Natalia Saracho va en octavo lugar como diputada nacional por Buenos Aires e Itaí Hagman cuarto en la lista porteña. Así que su “enfrentamiento” con Massa es relativo y es evidente que luego de las PASO será bienvenido a la campaña de “Massa presidente, el Fondo al poder”.


El cronista siente vergüenza ajena ante los comentarios posibilistas de algunos dirigentes y opinadores K que justifican ante su público que hay que tragar el sapo Massa (unos cuantos votarán a Grabois en las PASO y luego “todos unidos triunfaremos” con Massa, en octubre). “Es lo que hay”, “peor es la derecha”, “con Wado no movíamos el amperímetro”, “votemos a Massa total es Cristina quien conduce” y sandeces por el estilo se ven en Página/12, C5N, TV Pública, El Destape y en menor medida El Cohete a la Luna.


Los cuatro candidatos con mayor caudal son afines a la Embassy y el imperio yanqui, con coincidencias alrededor de la matriz agroexportadora, extractivista minera, gasífera, automotriz y financiera. Todos quieren más dólares para pagar al FMI. Esos intereses políticos se vieron reflejados en los 1.500 invitados a la fiesta con que el embajador Marc Stanley conmemoró los 200 años de la relación argentino-estadounidense en el Palacio Bosch y los 247 años de la Independencia de EE.UU. Entre tantos tilingos proyanquis esa noche no estaban Bullrich disfrazada de cowboy, ni Massa sonriente, ni Larreta, ni Milei. Estaban la devaluada dama Fabiola Yáñez, la ministra Kelly Olmos, los diputados Eduardo Valdez y Ricardo López Murphy; Eduardo Amadeo, Martín Redrado, los titulares de UIA y Sociedad Rural, otros empresarios y banqueros, jueces y fiscales federales, dueños de medios de incomunicación y el resto de la cofradía que festeja como su día patrio el 4 de julio, no el 9.


Stantey dijo: “Estados Unidos está comprometido con una relación a largo plazo. Creemos en el poder y el potencial de nuestro vínculo con Argentina. Y buscamos hacerlo crecer todos los días. Así queda claro en todas las visitas de alto nivel y en el trabajo diario de la Embajada”.


Ellos tienen muy claro cómo controlar el poder económico y político. Los que tienen confuso su proyecto son los que mezquinaron apoyo al pueblo de Jujuy, los que dejaron abandonada a Milagro Sala, los que aplauden al sicario Massa que ejecuta desde agosto de 2022 el ajuste fondomonetarista. También los que se quedaron hasta el final como socios menores e inconsultos del Frente de Todos, y ahora en la UP como “competencia” presidencial en las PASO, pero son una colectora ahí y en octubre votarán la maldita fórmula del “mal menor”. Ya están haciendo ejercicios para agrandar la tráquea a ver si pasa por ahí el Sapo Massa...


¿Cuál es la salida? Como Argentina no es Suiza, hay que aprender de lo nuestro. De Jujuy, junio de 2023 y de Buenos Aires, diciembre de 2001.

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