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Después del 14N vienen más ajuste, más FMI y más crisis

Hasta los propios K admiten que esta elección está perdida.



SERGIO ORTIZ

7 de noviembre de 2021



NOVIEMBRE LUCE PARECIDO A SEPTIEMBRE

Nadie tiene la bola de cristal para adivinar los resultados de las legislativas del 14 de noviembre. Las encuestas dicen que no se modificarían los resultados de las PASO; el oficialista Frente de Todos, hoy devenido en centro y centroderecha, seguiría abajo del opositor de derecha neta, Juntos por el Cambio a nivel nacional, incluso en Buenos Aires.


Algunos pronósticos plantean que la diferencia se acortaría, sobre todo en tierra bonaerense donde la otra vez fue de cuatro puntos. En cambio se mantendrían los diez de ventaja de la alianza opositora a nivel nacional.


Al gobierno se lo notó más activo en los pagos de Axel Kicillof. No tuvo grandes cosas para mostrar, pues el programa económico que hace buena letra con el FMI no le permitió alivios a la pobreza como un IFE cuota 4. Hubo más recorridas de los intendentes y candidatos, haciendo promesas de que pronto se verán medidas de aquel tipo. Son palabras de un aparato justicialista que luce más activo que en septiembre. Puede ser el sentido de supervivencia, propio de un partido que sintió haber tocado fondo y allí dio un patada para volver a la superficie. Eso podría tener cierto impacto a la hora de contar votos. Que convenza y enamore, esa te la debo…


A favor de esa remontada hay que contar que la cara de Mauricio Macri reapareció en los medios. Y lo hizo de la peor forma, citado a declarar en Dolores por espionaje a familiares de los 44 muertos en el submarino ARA San Juan. El expresidente manoteó un micrófono de C5N y lo arrojó al piso, en visible menoscabo al periodismo. Si el aparato hubiera sido de TN o La Nación+, seguro que lo habría esquivado y saludado amablemente al portador.


Esas metidas de pata tienen cierta importancia en una campaña que careció de propuestas para salir de la triple crisis: política, económica y sanitaria.


Si lo sucedido en Dolores perjudica a la oposición, en cambio la favorece que el corrupto ex secretario de Obras Públicas de muchos años de gobiernos kirchneristas, José López, fuera beneficiado con la libertad condicional. En 2016 el funcionario fue detenido cuando introducía bolsos con 900.000 dólares en un convento. Luego se convirtió en un traidor o “arrepentido” que testimonió contra Cristina Fernández de Kirchner y otros ex funcionarios K, por ejemplo, en la causa “Fotocopias”. Su libertad tendrá previsiblemente un efecto negativo sobre las boletas del FDT pues los medios concentrados y opositores reavivarán aquella historia real del convento, en el marco de la falacia de “se robaron un PBI”.


EL PERRO LADRÓ

Sobre las perspectivas comiciales del domingo versó la columna de Horacio Verbitsky, en El Cohete a la Luna, titulada “La peste electoral”. Como el conocido periodista es un defensor a ultranza del actual gobierno, y de los anteriores del ciclo kirchnerista, es importante leerla.


HV no quiere meterse a opinar con nombre y apellido de los responsables del gobierno que él apoya, pues tendría que criticarlos. Y esa no es su intención, no sea cosa que lo cuestionen por ser “fuego amigo”. Entonces acude a un recurso oportunista, de referirse a las elecciones en el mundo y en particular en dos estados de Estados Unidos, donde al oficialismo de Joe Biden le fue mal (a gobernador, en Virginia perdió y en Nueva Jersey ganó por el hocico).


Su teoría es que “la peste electoral”, o sea el COVID en su impacto político, determina casi como imposición mecánica o natural las derrotas de los oficialismos. Debería centrarse en Argentina y los motivos de un eventual traspié del FDT el 14N, o bien mantener la lupa en EE UU, si le resultaba mejor para demostrar su tesis mecanicista.


Pero HV no debía generalizar, porque el MAS de Evo Morales venció en Bolivia, con Lucho Arce, quien asumió justo hace un año. Y también es previsible la victoria de Ortega-Murillo en Nicaragua, y de los candidatos de Nicolás Maduro en diciembre en Venezuela. De modo que “las derrotas inevitables de los oficialismos” son una falacia, salvo que Bolivia, Nicaragua y Venezuela sean dictaduras, como sostienen Washington y la OEA.


La clave de esos malos desempeños de los demócratas en EE UU está en los datos que el artículo menciona. El plan gubernamental de reactivación económica y creación de empleos e infraestructura fue muy demorado y recién se aprobó en el Capitolio. Y el plan estatal de ayuda a las familias fue podado a la mitad y aún no fue votado allá. O sea que las derrotas oficialistas tienen causas económicas, políticas y sociales bien determinadas. Verbitsky es inteligente y lo sabe perfectamente, pero en vez de aludirlas en concreto para el caso argentino se refiere por elevación al cuadro electoral y gubernativo del imperio. No quiere pelearse con nadie del oficialismo, ni siquiera con Sergio Massa ni Juan Manzur,


De todos modos las inferencias son nítidas. Dice que en Virginia y Nueva Jersey al partido demócrata no le sirvió el argumento “ah, pero Trump”. El enojo y desencanto social con las promesas de Biden fue más fuerte que ese recurso de contrastar con el magnate. Verbitsky les dio una mala noticia a los dirigentes del FDT y candidatos mediocres, Victoria Tolosa Paz y Leandro Santoro, que lo único que hacen en campaña es apelar al gastado “ah, pero Macri”, cómodamente sentados en C5N, en Sobredosis de TV.


El “Perro” ladró, a su manera, un poco eufemística en este caso, pero entendible. El domingo se verá si sus ladridos anticiparon algo. En tal caso, que los oficialistas cabezas de termo, amargados, no empiecen con “ah, pero Verbitsky”, un posible espía, doble agente y otras pelotudeces por el estilo. Y que los de la derecha-derecha, felices, no retomen el maccartismo de que fue montonero.


LA DEUDA ETERNA

La deuda contraída por Macri en 2018 con el FMI era por 57.000 millones de dólares pero el colapso de ese gobierno interrumpió los desembolsos en la nada desdeñable cifra de 44.000 millones.


Christine Lagarde y David Lipton, del Fondo, prestaron semejante millonada por pedido de Trump, quien quería favorecer la reelección de su amigo Macri (alto perdedor el magnate porque perdió la del ingeniero y luego la suya propia). Al gobierno de Cambiemos le importaban otros cuatro años de negocios propios desde Balcarce 50, Olivos y los ministerios.


Dejando clara la responsabilidad de ambos en la fabricación de esa deuda odiosa y fraudulenta, es fundamental analizar qué hacen quienes gobiernan desde hace casi dos años.


Prometieron en campaña investigar ese endeudamiento y denunciar los responsables. Lo primero no lo hicieron. Lo segundo, a medias y tardíamente pues denunciaron sólo a Macri y exfuncionarios, dejando impune a la cúpula del Fondo.


Pero lo peor fue que el Frente de Todos empezó a pagar, tanto la deuda externa con fondos privados como BlackRock, tras el acuerdo de agosto de 2020, como al Fondo Monetario. A éste le abonó los vencimientos de intereses, pero ya en septiembre pagó una cuota del capital y en diciembre afrontará otra similar por 1.900 millones de dólares.


Estos pasos prácticos dan la pauta, no una leve sospecha, de que los Fernández van a cerrar un acuerdo con la entidad de Kristalina Georgieva, bajo la atenta vigilancia de la Secretaria del Tesoro, Janet Yellen.


Descartada la ampliación de los plazos, hoy el tironeo argentino se limita a bajar las sobretasas por demoras en pagos. Con eso y la postergación de cuatro años para afrontar los vencimientos de capital, aún sumando más intereses, se contentan Martín Guzmán y la presidencia. El G-20 en su reunión de Italia pidió que el directorio del FMI analice la posibilidad de reducir las sobretasas y también la idea, por ahora peregrina, de crear un Fondo de Resiliencia y Sostenibilidad. Una nueva emisión de Derechos Especiales de Giro ayudaría a países africanos, insulares o de desarrollo medio.


PEOR EL REMEDIO QUE LA ENFERMEDAD

Allí entraría Argentina. El problema es que los 4.335 millones de dólares en DEG recibidos de la anterior emisión mundial por 650.000 millones, fueron a pagar el vencimiento de septiembre con el Fondo y seguramente para el de diciembre.


Si se llegara a concretar en tiempo impreciso otra emisión de DEG bajo el nombre de “Fondo de Resiliencia y Sostenibilidad”, tendrán acá un idéntico destino: pagar deuda al FMI.


Bajar la sobretasa, si la dieran, serán 1.000 millones de dólares anuales de alivio. Nada más. Un geniol para el cáncer de la maldita deuda externa, odiosa y fraudulenta.


El economista Horacio Rovelli, reporteado por Daniel de Santis en AM740, alertó contra el ajuste que vino realizando el gobierno. El déficit fiscal previsto para 2021 es de 4,5 por ciento del PBI y a septiembre sólo era del 1,5. Ese “ahorro” se hizo sobre salarios, jubilaciones, educación, vivienda y la suprimida cuota 4 del IFE.


Ese ajuste va a perdurar y agravarse después del 14N pues un acuerdo con el FMI impondrá metas más draconianas para el gasto público con tal de asegurarse el repago de su crédito.


Si el peronismo gobernante ganara los comicios, algo improbable, tendrá que cumplir una condición impuesta por Georgieva: un pacto con todos los sectores del Frente de Todos, terminando con la desafinada orquesta y el fuego amigo. A ese acuerdo deberán poner la firma las entidades de la gran burguesía y los monopolios, como la UIA, COPAL, Sociedad Rural, AEA y otras. Sería el reaseguro de que “Argentina Unida” pagará.


La dificultad es evidente. Poner de acuerdo al FDT es una utopía, pero más difícil será un pacto con entidades que no aceptan ni un módico control de precios por tres meses.


Y si el peronismo pierde las elecciones, la crisis será mayor, con más inflación, desabastecimiento y dólar no blue sino “red”, rojo sangre. El Fondo, tomando nota de la crisis y el avance de Juntos por el Cambio, pedirá que el acuerdo de pagos tenga aval del Congreso, con participación del macrismo-larretismo-radicalismo. Esta derecha firmaría si el actual gobierno carga con el costo político del mayor ajuste, para desprestigiarse más y allanarle el camino al regreso en 2023.


Con victoria o derrota del FDT el 14N, el panorama es desolador para el argentino de a pie. Preocupa que no se ven muchas organizaciones políticas y sociales dispuestas a dar la batalla por el Pan y la Independencia. Eso puede cambiar pues la Plaza de Mayo vacía no representa nuestra historia. Las largas marchas comienzan con un primer paso, de poca gente. En el Cabildo Abierto del 22 de mayo de 1810, se votó si debía seguir el Virrey Cisneros o elegirse una Junta de Gobierno. Hubo 155 votos para una Junta, 67 votos para Cisneros y 26 abstenciones.


Hoy hay más de 155 votos por una opción soberana y patriótica, y pueden llenarse más plazas que aquel 22 y el 25 de mayo. La gran diferencia es que aún no aparecen los Castelli, Belgrano y los de la jabonería de Vieytes. La crisis puede parirlos o, si ya nacieron, darles más estatura política.


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