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Hay que patear el tablero

Lo del gobierno actual es pésimo y lo que viene es muchísimo peoooor


LA SEMANA POLÍTICA



Foto: el virrey Stanley, el general Paleo y la generala Richardson, inspectora del Comando Sur.


SERGIO ORTIZ. 19 de abril de 2023


CADA VEZ MÁS SUMISOS AL IMPERIO

El 29 de marzo pasado el presidente Alberto Fernández tuvo su día de orgasmo. Fue recibido por míster Biden en la Casa Blanca, a solas, y luego compartieron una reunión con una docena de funcionarios de los dos países, cerca del Salón Oral (Mónica Lewinsky dixit).


En ese grupo estaba Sergio Massa, que se vio también con Gita Gopinath, la número 2 del FMI, directivos del Tesoro, el Banco Mundial y otras entidades financieras. Mientras el presidente buscaba oxígeno para un operativo reelección cada vez más lejano, por no decir imposible, el ministro de Economía pedía dólares para alimentar la escasa reserva del Banco Central. Es una manera de decir porque esos dólares van al pago de la deuda externa y estabilizar la tambaleante situación económica, que se puede llevar puesta su candidatura presidencial (Alberto está manco y la Jefa no quiere competir aduciendo proscripción).


En ese torneo de sumisión al imperio decadente la “pole position” la tiene Massa, que en seis meses de ministerio lleva seis viajes a Washington y Nueva York, con puerta giratoria en el FMI para esas gestiones dolarizadas. La penúltima vez propagandizó que le fue muy bien porque le confirmaron el desembolso de 5.315 millones de dólares. No aclaró que la mitad fue inmediatamente de vuelta a las arcas de Gotinath y Georgieva, para cubrir pagos de la deuda externa fraudulenta contraída por Mauricio Macri en 2018.


En función del Acuerdo de Facilidades Extendidas, que legalizó y refinanció aquella deuda, Argentina le debe al FMI 46.000 millones de dólares, cantidad similar al crédito fugado por Macri. Al seguir pagando y endeudándose, hoy la deuda pública es de 397.788 millones de dólares, según artículo de Ismael Bermúdez en Clarín. Clarinete miente a menudo, pero en este caso la cifra es real porque fue informada por la Secretaría de Finanzas. No pudieron desmentirla, como sí logró CFK con la fake news de ese diario: había publicado que la generala Laura Richardson no había aceptado una reunión con ella. En verdad no la había pedido ninguna de las partes, que en abril del año pasado se llevaron de mil maravillas en la cita en el Senado, tramitada por el virrey Marc Stanley.


Las aspiraciones electorales de Massa se vienen deshilachando, sobre todo por el alza de la inflación de marzo, del 7,7 por ciento, 21,7 por ciento acumulada en el primer trimestre y 104,5 por ciento anualizada. El tigrense había prometido que para abril la inflación sería del 3 o 4 por ciento. Esas fantochadas son parecidas a las de Gabriela Cerrutti, quien dijo que la inflación está bajando, cuando debía explicar por qué había trepado al 7,7. Claro que la fundadora de la “Revolución de la viejas” es un personaje menor en el gobierno, en comparación con el ministro preferido de la Embassy.


SIGUE EL AJUSTE, AL COMPÁS DEL FMI

En su último periplo hacia la metrópoli, en una parada previa en Santo Domingo, Massa se entrevistó con la vicecanciller estadounidense Wendy Sherman. Uno iba hacia la meca y la otra bajaba hacia la colonia.


Al ministro, en el informe del FMI, le bajaron el posible crecimiento del PBI de Argentina para 2023; en diciembre habían estimado un aumento de 2 puntos, ahora fue rebajado al 0,2 por no decir cero, como sí lo hizo el Banco Mundial.

Y no se podrá levantar ese aplazo aceptando como hasta ahora la receta fondomonetarista de “políticas sólidas” en materia fiscal y monetaria, léase ajuste mayor del gasto público, reducción de subsidios y aumento de tarifas de luz, gas y agua; reducción a la mitad de las 800.000 jubilaciones estimadas con la moratoria previsional, nuevas devaluaciones, etc.


La viajera Wendy hizo su trabajo sucio reclamando acatamiento a los dolores del ajuste y activando contra las relaciones de Argentina con China. Para ello estuvo con el canciller Santiago Cafiero y luego disertó en la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA, manejada por el radicalismo de Evolución. Allí dijo que seríamos un país viable si la población aceptaba mayores sacrificios. Textualmente: “A veces hay que lidiar con el dolor a corto plazo para obtener una ganancia a largo plazo”. Falso. Por este camino del ajuste, “en el largo plazo estaremos todos muertos”, como acertó hace 100 años el economista John M. Keynes.


La vicecanciller vino a torpedear la posible compra de aviones chinos que necesita la Fuerza Aérea. Está la presión yanqui para no adquirir esos aviones a Beijing y el veto inglés a que los aviones, cualesquiera sean, porten determinado armamento. Londres lo juzga peligroso para su ocupación en Malvinas.

La otra misión de Sherman, siempre para joder la relación con el gigante asiático, era demorar los planes de una cuarta central nuclear con tecnología china. A Washington no le importa si en Argentina hay cortes de luz o falta energía; lo decisivo es que no haya Atucha 3 con préstamos chinos. Parece que ambos objetivos fueron logrados: no habrá compras de aviones a China en el corto plazo ni construcción de la cuarta central nuclear.


Antes de irse, Sherman fue de visita a la Ex Esma, ofendiendo así la memoria de ese sitio de DDHH. Y llegó otra vez al país la generala Richardson, jefa del Comando Sur. Tuvo “productivas” reuniones con el ministro de defensa, Jorge Taiana, y con el titular del Estado Mayor Conjunto de las FFAA, teniente general Juan M. Paleo, el mismo que hace pocos años fue denunciado por haber dirigido un ejercicio, en el marco de ese Comando Sur, preparando una invasión a Venezuela. Pasado el escandalete de entonces, Paleo siguió su carrera militar y llegó al máximo escalafón, desde el cual hizo la venia a la generala yanqui. Es todo un indicio de cuánto falta democratizar y sobre todo dotar de una doctrina de soberanía nacional, a nuestras Fuerzas Armadas. Les faltan aviones, pero el déficit central es de línea sanmartiniana.


La visitante también presionó a Taiana con la doctrina antichina del Pentágono: que esa relación es peligrosa para todo el continente, que mejor será sacar la base china de Neuquén (no es base militar), que se alejen del 5G chino, que el litio argentino debe ser en buena parte para USA y sus empresas, etc.

En fin. Pertenecer al grupo de países dependientes que se endeudan con el FMI, viene con estas demandas de bajarse los lienzos...


LO QUE VIENE ES MUCHÍSIMO PEOR

La situación económica es pésima. Es resultado de un gobierno que trata como amigos a quienes son enemigos del pueblo, tales los monopolios y bancos. Un ejemplo concreto es que 25 empresas (encabezadas por la maldita Vicentín) no liquidaron 4.331 millones de dólares de exportaciones. La empinada inflación no se debe a la emisión monetaria como mienten desde Massa hasta Macri y Javier Milei, sino a los manejos de los formadores de precios. Y en vez de tomar medidas efectivas contra los monopolios, Matías Tombolini, secretario de Comercio, dijo lacónicamente que los empresarios “no están cumpliendo” el programa “Precios Justos”. Chocolate por la noticia.


Lo dramático y terrible es que mientras el Frente de Todos realiza este ajuste, la oposición de derecha de Juntos por el Cambio y los fascistas de Milei están afilando el hacha para cortarle la cabeza a centenares de miles de empleos, anular conquistas sociales y privatizar empresas públicas y recursos naturales, tal como aconsejan el FMI y reclaman las multinacionales de civil y las generalas de uniforme.


A las barbaridades anteriores, de dinamitar el Banco Central, la bestia de Milei agregó en su exposición ante el “Círculo Rojo” empresarial en el Hotel Llao Llao la propuesta de dolarizar la economía. Los 150 asistentes escucharon la barbaridad y no la rechazaron, aunque mantienen ciertas dudas. Consultoras empresarias dijeron que eso es inviable. Que dolarizar implicaría comprar la base monetaria de 5.2 billones de pesos y las Leliq por 11 billones, y que eso llevaría a una devaluación brutal donde un dólar equivaldría a 7070 pesos. Lo que esos especialistas no remarcaron es que, además de esos números, esa dolarización implicaría un shock criminal contra los bolsillos de quienes cobran en pesos. El actual índice de pobreza del 39,2 por ciento sería visto con nostalgia en esa Argentina dolarizada y dinamitada.


El fascista Milei volvió a hablar de dinamitar el esquema económico, con lo que Bullrich, otra expositora en Bariloche, está plenamente de acuerdo. También Macri, aunque en su disertación ante el CICYP en la Sociedad Rural matizó con “semi dinamitar” o dinamitar “casi todo”. Son diferencias en la potencia de los explosivosa usar, pero no en la oportunidad ni en el público damnificado. Rodríguez Larreta, también habló ante el tribunal examinador monopólico en ese hotel de Eduardo Elsztain y se mostró como otro dinamitero, sólo que lo haría por etapas.


Lo único positivo de esa oposición es que se muestra bastante dividida, más que nada en candidaturas, con proyectos neoliberales parecidos y de ajuste brutal. Ojalá esas peleas internas se profundicen. Y si se convierten en rupturas electorales, tanto mejor. Aún así, tienen hoy grandes chances de volver al gobierno y, como amenazó Bullrich, derogar 3.600 leyes que considera “populistas”, en rigor favorables a los trabajadores. Y admite que para hacer eso fortalecerá la represión contra la protesta social. Eso preanuncia centenares de miles de despedidos, centenares de presos políticos y decenas de muertos.


En campaña electoral disimulan su ajuste bajo consignas demagógicas contra la inseguridad. Pero ¿quién es culpable de la inseguridad? ¿Los desocupados que cortan calles demandando un ingreso digno y trabajo registrado? ¿O los monopolios y sus políticos de derecha y ultraderecha que quieren dinamitar las conquistas sociales de 70 años? Respuesta obvia. Botón 2.


La oferta electoral es una mesa servida sobre los sufrimientos de la población. Ofrece candidatos como Alberto Fernández, Daniel Scioli y Sergio Massa, por una parte, y Patricia Bullrich, Horacio Rodríguez Larreta y Javier Milei por la otra. Son Guatemala y Guatepeor. No se debería optar por el mal menor porque así de mal ya estamos. Hay que atreverse a patear el tablero y que caigan al suelo esos alfiles como en diciembre de 2001.



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