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País con decenas de miles de despidos y ocupado por 2 imperios

LA SEMANA POLÍTICA

SERGIO ORTIZ. 4 de Abril de 2024





ARGENTINA CON MILES DE DESPIDOS

Desde que asumió Javier Milei se multiplicaron los despidos. Miles de mails le anunciaron su cese en el empleo a trabajadores del sector público. La ola de desempleo se hizo más alta con los afectados del sector privado, por la recesión económica y el parate total de la obra pública.


Y eso se profundizó en vísperas de Semana Santa, cuando el presidente anunció en uno de los tantos foros de empresarios monopolistas, IEFA, que serían despedidos 70.000 contratados. El “pelado peinado para adelante”, Manuel Adorni, adornó aquella cifra diciendo que por ahora los despedidos serían 15.000. Los demás irían cayendo progresivamente, luego de una prórroga de sus contratos hasta junio. En Pascuas los despedidos y sus familias sufrieron como Jesús, crucificados por un ajuste no romano sino argento norteamericano, de Milei y sus mandamás del FMI.


En la TV y las redes se vieron rostros y lágrimas de los cesanteados, algunas personas mayores y casi todos con varios años de trabajo en servicios de Salud, Educación, INADI, Enacom, Derechos Humanos, Conicet, Agricultura Familiar, Biblioteca Nacional, etc. Los responsables de esa sangría humana son las máximas autoridades nacionales y varios gobernadores cómplices que están haciendo el ajuste en sus distritos. Eso está a la vista. Milei se jactó de esos despidos masivos.


Vale la pena remarcar, porque la llamada “opinión pública” no lo registra bien, la responsabilidad de los grupos concentrados de la economía, que han elogiado y apoyado esta labor criminal que deja a tantísimas familias en la pobreza y la calle. Las autoridades de la Unión Industrial “Argentina”, la Suciedad Rural, la Cámara Americana de Comercio (AmCham), el Grupo de los 6, la Asociación Empresaria Argentina (AEA), el Consejo Interamericano de Comercio y Producción (Cicyp) y otras logias donde se nuclean monopolios nacionales y extranjeros, han ratificado su aval al “plan motosierra”. En ese conjunto de grandes ladris se destaca Paolo Rocca, el dueño de Techint (Siderca, Ternium-Siderar, Tecpetrol, etc), que puso a varios ministros, por caso Julio Cordero, de Trabajo, y al presidente de YPF, Horacio Marín. Con razón, el líder metalúrgico Abel Furlán, declaró que “este es el gobierno de Techint”.


El ajuste se empina con nuevos aumentos en las tarifas de gas (400 por ciento), luz y agua, la reiterada suba de combustibles, alimentos, medicamentos, etc. También hay que sumar la pésima performance del gobierno frente a la epidemia de dengue, que ya causó 130 muertos. Hay hospitales colapsados, sin suficiente personal, mal pago, y un Estado ausente que ni siquiera fumiga ni garantiza vacunas. Tampoco repelentes; acá manda la multi Johnson, que domina el 90 por ciento del mercado, fabricante de Off y otros productos que faltan en góndolas, con precios por las nubes. Los argentinos ponemos los muertos y esa firma yanqui se lleva más ganancias, con sobreprecios y desabastecimiento.


La brutalidad del ajuste muestra dónde está cada fuerza política y gremial. El peronismo hace una oposición bien light y la izquierda, “minoría intensa” diría el burlón H. Verbitsky, agita en las bancas y la calle. ATE tiene una nota excelente, con su plan de lucha, y también la UOM que hizo tres paros contra Acindar y Techint. En cambio, la CGT bosteza sin salir de su larga siesta de 70 días desde el 24E, cuando la jubilación mínima está en 171.000 pesos más el bono de 70.000: 241.000 miserables pesos. Dizque la CGT que hará un segundo paro o marcha el 1 de Mayo. Veremos.


PRIMER IMPERIO, EL YANQUI




Stanley, Richardson y Petri.


El lobby proyanqui de AmCham da un fuerte respaldo al gobierno facho libertario. En la primera quincena de marzo pasado hizo su Coloquio 2024 y su presidente, Facundo Gómez Minujin (JP Morgan Chase), expresó: “compartimos los objetivos y la dirección de las medidas anunciadas, las búsquedas de resultados concretos, la generación de un entorno en pos de atraer inversiones como motor de crecimiento, la eliminación de trabas regulatorias y obstáculos para desarrollar sus actividades y la libertad a las empresas para decidir su plan de negocios”.


Como indicó Horacio Rovelli en El Cohete a la Luna, 17/3, los principales accionistas del JP Morgan Chase son Vanguard Group, BlackRock, State Street Corporation, Morgan Stanley y Fidelity Fund. En la mayoría de las empresas asociadas a AmCham, los fondos de cobertura (BlackRock, Vanguard, Fidelity, PIMCO - Allianz, Franklin Templeton, Gramercy; Greylock, etc.) participan como socios y/o financistas. El poder de estos grupos es fortísimo en la estructura semicolonial de nuestro país. En AmCham hay 622 empresas, que emplean directamente a 360.000 personas y representan el 18,6% del PBI, el 38% de la recaudación fiscal, el 24% de las importaciones y el 28% de las exportaciones.


Además de este poder económico tremendo, los estadounidenses cuentan con el FMI como usurero de deudas ilegales que generan más deuda y sobre todo dependencia, por la incidencia en las políticas internas de ajuste y privatizaciones a las que condicionan sus préstamos. Mauricio Macri trajo de nuevo al FMI en 2018, pero el Frente de Todos-Unión por la Patria terminó convalidando esa deuda ilegal en marzo de 2022 y recomenzó los pagos, aceptando el ajuste que reclamaban Kristalina Georgieva y el bureau del Fondo. Milei ejecuta un ajuste más brutal que el demandado por el Fondo, acentuando la pobreza, la recesión y la entrega de nuestra soberanía. Su matriz agro minera financiera y exportadora reivindica a la Generación del ‘80 y al genocida General Julio A. Roca, vivado este 2 de abril por el facho presidente.


Esos poderes son dominantes en lo económico y financiero, pero también en lo político. En la web de AmCham se puntualiza que su Presidente honorario es Marc Stanley, embajador de EEUU, uno de los más fervorosos apoyos de Milei. Lo ha recibido varias veces en la Embassy y ratificado que la relación bilateral está en el mejor momento. Parafraseando al canciller menemista Guido Di Tella, han vuelto las “relaciones carnales” entre el imperio y la semicolonia. El embajador ha dicho que Argentina tiene lo que el mundo necesita, como alimentos, energía, minerales, etc, y obvio que sobre esos recursos quieren llevarse aún más de lo que ya tienen, además de asegurarse que se pague la deuda al FMI y los fondos de inversión tipo BlackRock.


El apetito voraz por nuestras riquezas, en particular el litio y otros minerales, ya lo manifestó en varias oportunidades la generala Laura Richardson, jefa del Comando Sur. Ella estuvo en 2022 y se entrevistó con la vicepresidenta CFK, y en 2023, cuando se vio con el ministro de Defensa, Jorge Taiana. Ahora volvió y se reunió con el ministro de Defensa, Luis Petri y el jefe de Gabinete, Nicolás Posse. Luego se fue a Ushuaia, un lugar geoestratégico que al imperio le interesa mucho.


Tanto Stanley como Richardson han incursionado en asuntos internos sin que ningún funcionario les ponga límites. Mintieron con que hay una “base militar china” en Neuquén. “Me sorprende que la Argentina permita que las Fuerzas Armadas chinas operen en Neuquén, en secreto, haciendo quién sabe qué”, falseó el embajador ante “La Nación”. La embajada de China en Argentina desmintió esas calumnias: “la Estación de Espacio Lejano en Neuquén es una instalación de cooperación tecnológica espacial entre China y Argentina. En lugar de los llamados militares mencionados, los científicos tanto de Argentina como de China tienen acceso al uso de esta estación para investigación científica”. La embajada socialista negó funciones militares ni secretas, pues en 2019 organizó junto a la CONAE una visita de diplomáticos de varios países, incluso de EEUU. El gobierno anterior le recordó a los mendaces que una estación científica similar tiene la Unión Europea en Malargüe, Mendoza.


Quienes están operando para poner en marcha dos bases militares en nuestro país son los estadounidenses, una en Chaco y otra en Neuquén, además de ya haber logrado un acuerdo para que el Cuerpo de Ingenieros de su Ejército pueda controlar el estratégico río Paraná. Y como se trata de un país imperialista, si esas bases se concretan estarán al servicio de un plan mundial de dominación, articuladas con los 32 aliados de la OTAN, como las 800 bases estadounidenses en el mundo.


SEGUNDO IMPERIO, EL BRITÁNICO




Las Malvinas son argentinas.


La celebración del 2 de abril como “Día de los Veteranos y Caídos en Malvinas” sirvió para que buena parte del pueblo argentino -no todo, obviamente, porque los mileístas tienen admiración por Margaret Thatcher – recordaran que esas islas son argentinas. Fueron ocupadas militarmente en enero de 1833 por los británicos y salvo los 72 días de recuperación argentina (desde el 2 de abril hasta el 14 de junio de 1982), siguieron bajo la bota inglesa.


El Foreing Office, bajo administraciones conservadoras y laboristas, no ha aceptado discutir el asunto de la soberanía, como lo pidió una resolución de la ONU en 1965. Sucesivos gobiernos argentinos se han limitado a esporádicos discursos, pero la controversia no sale del Subcomité de Descolonización de la ONU, sin llegar al ámbito de la Asamblea General y menos a su Consejo de Seguridad.


Esa parte de nuestro país está ocupada por los ingleses, una afrenta ante todo política y también económica, porque los ocupantes y los kelpers se quedan con los valiosos recursos ictícolas, del turismo y la prospección petrolera, que son nuestros. También es muy grave que los ingleses mantengan su base militar en Monte Agradable, con 1.500 efectivos armados y realizan todos los años ejercicios militares, incluso con armas nucleares.


“Si malo es el gringo que nos compra, peor es el criollo que nos vende”, dijo Arturo Jauretche. Malos son los ingleses que nos usurpan parte de la Patria, pero hay que juzgar como infames traidores a quienes, como Menem, De la Rúa, Macri y ahora Milei, tiran la soberanía a la basura y privilegian los negocios con los británicos, sobre todo en la Argentina continental. Acá lucran sus bancos como HSBC, las petroleras Shell y British Petroleum; Metrogas, Nobleza Piccardo de la tabacalera British American Tobacco, Unilever de productos de limpieza, etc.


Para sentar a Londres en la mesa de negociación por Malvinas no hay tirar ningún misil a Puerto Argentino. Hay que multar y expropiar a algunas de esas empresas, y entonces sí el Foreing Office tirará la toalla y pedirá la escupidera.

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