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Si Evita te viera con Melconian, mamita, mamita

LA SEMANA POLÍTICA


Coincidencias y críticas al discurso de Cristina Fernández



SERGIO ORTIZ

26 de junio de 2022


DEBATES NECESARIOS Y DEBATES FALSOS

Los debates son muy necesarios al interior del campo democrático (con los enemigos debe haber un combate ideológico y, llegado el caso, de los otros). Está muy bien que la vicepresidenta CFK opine y critique todo lo que le parezca mal encarado por el gobierno. Sería mejor que le ponga una cuota de autocrítica, pues ella fue gestora del mismo y tiene responsabilidades gubernativas y estatales, pues parece que hablara desde afuera.


Su intervención en el Congreso de la CTA en Avellaneda tuvo varios aspectos rescatables y otros malos. Aún así queda por sobre la media de los políticos del sistema capitalista. Por encima de Alberto Fernández, uno de su mismo palo, y ni qué hablar de otros neoliberales y oligárquicos hasta en el apellido, como Macri y Bullrich Luro Pueyrredón.


Antes de comenzar por su último discurso, dos palabras sobre lo extraño, o no tanto tratándose de la CTA, de un Congreso de Trabajadores donde no hubo o no se vieron intervenciones de los delegados. Fue un acto político de una fracción del gobierno, con Cristina, el diputado Hugo Yasky y el ministro Jorge Ferraresi.


Está bien que a los congresos sindicales se invite a políticos, sin sectarismos, pero no que minimicen a los delegados con tanto que discutir sobre la situación de los trabajadores. Uno de los puntos que abordó la ex presidenta fue el trabajo, los planes sociales y el rol del Estado. Habría sido mucho mejor que en ese tema hablaran trabajadores, maestros, desocupados y líderes sociales.


Yendo a la oradora, fueron acertadas sus opiniones en defensa del rol del Estado, más en tiempos de crisis por pandemia y razones económicas nacionales e internacionales. Entre la Cristina pro estatista y los neoliberales que buscan achicar el Estado y degradarlo a su servicio empresario, hay que estar de acuerdo con ella.


Lo mismo respecto a que la emisión monetaria y el déficit fiscal no son incompatibles con el crecimiento de la economía. Y a veces resultan imprescindibles, como en 2020 frente a la cerrazón de actividades por el COVID-19. Lo mismo cuando desmitificó la supuesta “presión tributaria” de Argentina. Ahí también tuvo una buena nota.


Estuvo bien en criticar el súper endeudamiento macrista de 2015-2019, sobre todo con el FMI, y el destino de esas divisas fugadas, como quedó informado en mayo de 2020 por el Banco Central. Esa fuga de capitales, del tercer país más evasor del mundo, más lo que llamó “festival de importaciones”, negado por la vocera de Alberto Fernández y el resto del gobierno, tiene su influencia en la suba de la inflación. Es que faltan dólares y eso facilita la remarcación de precios internos por los empresarios, lo que nos está condenando a una inflación del 70 por ciento este año.


ERRORES Y HORRORES DE CRISTINA

Así como reivindico aquellas partes de su mensaje de Avellaneda, cuestiono lo negativo de algunos conceptos.


Un horror, repetido, es su versión sobre las causas de la crisis del socialismo y el desplome de la URSS y otros gobiernos del este europeo (tampoco acierta cuando elogia a China, como en Chaco, como un modelo de “capitalismo exitoso”, pues es un país socialista, dirigido por un Partido Comunista y su Ejército Popular de Liberación, con la tierra, bancos y resortes fundamentales de la economía en manos del Estado).


Para Cristina esos socialismos colapsaron por tener una economía colectivista que no atendía al consumo y por restringir las libertades individuales. La suya es típica óptica capitalista, que no reconoce los avances y conquistas de esos países, aún con crisis y errores. Y tampoco mensura el daño causado por bloqueos y sanciones a esas poblaciones por sus vecinos capitalistas e imperialistas, la carrera armamentista que los obligó a gastar más en ese rubro, la guerra comunicacional y cultural del “american way of life” promovida por Reagan, Thatcher y Juan Pablo II, etc.


La oradora puso como certificación de sus palabras a las películas “Good Bye Lenin” y “La vida de los otros”. A propósito, en ésta, la Stasi de la RDA espía y allana con apego a las leyes, sin violar ningún derecho humano ni secuestrar ni torturar a nadie. CFK la usa de argumento como si Berlín hubiera sido una inmensa cárcel tipo Abu Ghraib, a la que no menciona para no ofender a Washington.


La estadista capitalista es así. Si va a hablar de la función positiva del Estado, primero cree que debe criticar al Estado del socialismo, no sea cosa que la critiquen de socialista…


En el tema de la deuda su crítica fue acertada, pero omitió hechos. La decisión macrista de pagar a los “fondos buitres” contó con el beneplácito de un gran sector del peronismo personificado en Miguel Pichetto (jefe de la bancada del PJ en senadores durante más de 10 años) y de los “renovadores” de Sergio Massa, que fue con Macri al Foro de Davos.


El presidente AF y Martín Guzmán, negociaron durante dos años para firmar un vergonzoso acuerdo con el FMI. Renegociaron y convalidaron la deuda fraudulenta de Cambiemos-JxC en 2018. Una parte de los cristinistas en el Senado votó en contra del acuerdo. ¿No habría sido más coherente que CFK renunciara en señal de disconformidad con ese cogobierno fondomonetarista? Al menos Máximo Kirchner renunció a ser jefe de la bancada del FdT en Diputados. Su madre no lo hizo.


Entonces, la deuda de Macri y la fuga es un gran problema, pero la renegociación y aumento de la deuda de Fernández-Guzmán, también lo es. Y sobre eso la vicepresidenta no dijo nada en la jornada por Belgrano.


Entre la visión fernandista-guzmanita-FMI de que la inflación es un fenómeno multicausal debido a déficit fiscal, emisión monetaria y falta de divisas, por una parte, y la posición de CFK que enfatiza en el endeudamiento y fuga de capitales, por la otra, esta última está cerca de la verdad. Pero le faltan algunos metros para dar en el blanco: el manejo monopólico de los precios que hacen pocos jugadores en un mercado muy concentrado. Esto lo graficó Federico Braun de La Anónima en el acto por los 20 años de AEA en el Sheraton.


No es que Cristina omita tal manejo monopólico. Tuvo referencias críticas a las ganancias empresarias antes del pago de impuestos, aunque, como siempre, omitió nombres. Los conocemos de memoria: Techint, Arcor, Molinos, AGD, La Serenísima, Ledesma, Telefónica, grupo Clarín, General Motors, Acindar, Panamerican Energy, Total, Tecpetrol, Vista Oil, Coto, La Anónima, Mercado Libre, Pampa Energía, Roggio, Los Grobo, Loma Negra, Holcim, Aluar, Axion, Shell, HSBC, Marfrig, Coca, Mondelez, Cargill, Santander, Galicia, Macro, grupo Elsztain, Toyota, Petroquímica SA, Pfizer, Bagó, IBM, etc.


Estos son los mayores responsables, no los únicos, de la inflación. Y ni el Estado, Alberto, Cristina y mucho menos Massa, hacen algo en su contra.


“SI EVITA LOS VIERA, MAMITA, MAMITA”

Lo más cuestionable del mensaje de la vicepresidenta fue el tramo sobre los planes sociales. Allí cuestionó su excesivo número (1.2 millón) en relación al bajo índice de desempleo, del 7 por ciento. También deslizó que esa gran cantidad de personas no estaría trabajando, salvo algunas cooperativas de las que dijo saber de sus tareas. Su crítica se enfocó a los hombres, como que no tenían trabajo y mandaban a las mujeres al sacrificio, a revolver la olla. Y finalmente, reclamó que el Estado no tuviera de intermediarios a los movimientos sociales. En especial pegó contra el Movimiento Evita diciendo “si Evita los viera, mamita, mamita”.


Acá hay que separar la paja del trigo.


De la cúpula del Movimiento Evita no hay mucho por defender porque es el sector más de centro derecha del gobierno de Fernández. Siempre alineado con los dirigentes más conservadores: Randazzo, Massa y Alberto Fernández. Fueron bastante colaborativos con el ministerio de Desarrollo Social de Carolina Stanley durante el macrismo. Siendo esa la regla, hay dirigentes y mucha militancia del Evita que tiene una tarea útil en los barrios, que no deben ser igualados con Pérsico y Navarro.


Los piqueteros surgieron en los ‘90, frente al ajuste y privatizaciones del cavallo-menemismo en Cutral Co y General Mosconi. Los planes sociales del Estado aumentaron con Eduardo Duhalde (quien combinó “manzaneras” y “Planes Trabajar” con abundante represión y balas, como los crímenes de Kosteky y Santillán del que hoy se cumplen 20 años). Esos crímenes se cometieron en Avellaneda. Es imperdonable que la oradora cuestionara en forma generalizada a los movimientos sociales sin reivindicarlos como regla y en todo caso criticar parcialmente lo que quisiera reformar.


A diferencia de CFK, hay que reivindicar globalmente al movimiento piquetero, que nació con Teresa Rodríguez y la UTD de Mosconi, a Kosteky y Santillán, a los centenares de miles de personas humildes que el 12 de mayo hicieron la Marcha Federal Piquetera a Plaza de Mayo, etc. Este movimiento tiene poderosas razones de existir en las condiciones de pobreza, desempleo y hambre que campean en la Argentina capitalista dependiente. El Potenciar Trabajo al mes de mayo era de 19.470 pesos y la Canasta Básica Total, línea de pobreza, de 99.653 pesos.


Entonces en vez de cuestionar la “tercerización” lo importante sería reclamar, como los piqueteros, que el Potenciar Trabajo no sea de 20.000 pesos sino de 50.000 como mínimo. Y no para 1.2 millón de personas sino para más de los 9 millones que cobraron el IFE.


En este marco es inevitable, justo y necesario que los movimientos sociales se movilicen, al margen de lo correctas o parcialmente incorrectas que pudieran ser sus conducciones. Sólo ellos pueden cambiarlas.


¿Quién podría hacer más por ese universo de humildes? ¿Los movimientos sociales que tienen una digna historia de lucha, con sus errores y desvíos, o los intendentes del PJ que quieren tomar el control? Para la oradora sería mejor que los alcaldes reemplacen a los movimientos, de allí que recibió al intendente de Pehuajó. Puede que este dirigente sea bueno o regular, pero en general son mejores los movimientos sociales, que deben rendir cuentas en forma más directa con sus bases. Los barones del conurbano no tienen buenos antecedentes y muchos son de un prontuario preocupante.


Por supuesto que lo mejor es trabajo genuino en un país con un desarrollo industrial, agrario, científico y tecnológico independiente. Esto requiere que se estatice la banca, el comercio exterior, la siderurgia, la energía y otros recursos estratégicos. ¿Cristina plantea algo así? Nunca. Ni se le pasó por la cabeza. Lo suyo es el capitalismo dependiente y desarrollista, con sociedades y pujas entre el Estado y Techint.


Aún en ese futuro popular y soberano, siendo el Estado dominante en áreas estratégicas y sin monopolios privados, serían necesarias las Pymes, las empresas privadas, mixtas, cooperativas y de la Economía Popular. También por esto fue un serio error que Cristina pegara duro a los movimientos de la Economía Popular. Son un paliativo o salida de emergencia y también una pieza estratégica para un proyecto de liberación nacional y social.


Dos días después de su discurso del 20 de junio, la vicepresidenta recibió durante dos horas a Carlos Melconian, economista macrista y ex director del Banco Nación con Cambiemos. Es el titular del Instituto IERAL de la monopólica Fundación Mediterránea (Arcor, Roggio, Astori, Techint, Bagó, Hoteles Amerian, etc). Melconian prepara planes de ajuste brutales para 2023 y 2024 con la Mediterránea, al servicio de Macri, Bullrich, Rodríguez Larreta o el que venga por derecha.


¿Cristina fue a escuchar y dialogar con ese tipo? Se le vuelve como bumerán, “si Evita te viera, mamita, mamita”.


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