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Un fin de año con pocas copas para levantar

LA SEMANA POLÍTICA

ENTRE EL AJUSTE DEL GOBIERNO Y PLANES CRIMINALES DE LA OPO



SERGIO ORTIZ

30 de diciembre de 2022


“AGRUPACIÓN DEL AMAGUE Y EL RECULE”

Así llamó CFK al gobierno de Alverso Fernández, que ella misma decidió como fórmula presidencial e integra como vice, tras el recule número doce en temas importantes como Vicentín y ahora en pagar o no a CABA lo resuelto por la Corte Suprema de Injusticia en coparticipación. Si ella lo dice...


El último retroceso se inició el jueves 22. El día anterior la Corte había dado a conocer el fallo ordenando al gobierno nacional depositar en una cuenta de Banco Nación el 2,95 de los fondos coparticipables, a favor de la Ciudad gobernada por Horacio Rodríguez Larreta. Hasta ahora el depósito era del 2,3 por ciento, una diferencia en plata de 182.000 millones de pesos anuales.


Era una erogación importante, aunque menos de la mitad de lo regalado a miles de sojeros y exportadores con el dólar soja, aunque en este punto gobierno y oposición derechista estuvieron muy de acuerdo en hacer ese obsequio, en detrimento de las cuentas públicas. En coparticipación, en cambio, estalló una guerra judicial y política, porque la primera reacción del presidente Fernández, secundado por 14 gobernadores del palo justicialista, fue rechazar la medida cautelar de los cuatro cortesanos. Entre otros argumentos, desde Santiago del Estero, despotricó contra un fallo que beneficiaba a una “ciudad opulenta” y suponía un atentado al federalismo.


En ese momento, el jueves 22, AF parecía revivir la “Agrupación Política Aguante” pero después todo terminaba en Recule.


La oposición política, asociaciones empresariales, embajadas extranjeras, la corporación mediática e incluso la Iglesia, había expresado una de fanática adhesión a la cautelar de “la banda de los Cuatro” (así llamaron en China al grupo que dijo heredar a Mao, tras su muerte en 1976).


Por cuestiones políticas y electorales, ni Fernández ni el resto del gobierno hubieran atendido la queja de Juntos por el Cambio, beneficiado en directo por los 182.000 millones y la adhesión política del “alto” tribunal. Entrar en contradicción con la Embassy de míster Stanley, con la AmCham (Cámara Americana de Comercio) y el resto del establishment económico, eso no lo harían “ni ebrios ni dormidos” (sorry Mariano Moreno por involucrarte en la discusión de esta runfla).


Además del riesgo de contradecir “las leyes del mercado”, la “estabilidad jurídica”, la propiedad privada y otros valores supremos del capitalismo que tanto defienden, Fernández, Sergio Massa y otros funcionarios sintieron el filo de las denuncias judiciales en su contra por no acatar un fallo de la CSJN. Hubo al menos 4 denuncias venidas de la oposición derechista y otros pronunciamientos políticos del gobierno larretista y los bloques de diputados de la UCR. Por eso el lunes 26 se completó el nombre de la agrupación política: “Aguante y Recule”, al anunciar que pagará con bonos TX31.


EL CIRCO POLÍTICO

El diferendo sobre los fondos y la coparticipación vino a alimentar el circo político gran burgués donde el gobierno simula ser defensor del federalismo y los que menos tienen, onda nak&pop, y la oposición se viste de republicana y posa como Estatua de la Libertad rioplatense.


Ambas cosas distan mucho de la verdad. Ambas formaciones le deben al país una nueva ley de coparticipación federal prometida desde la reforma de la Constitución de 1994, parto que empezó, vale recordarlo, como parte del Pacto de Olivos entre Menem y Alfonsín. De los constituyentes el que tuvo más decencia fue monseñor Jaime de Nevares, quien abandonó ese recinto el primer día. El resto nos debe algo más que una autocrítica, porque muchas cosas positivas del texto quedaron en letra moribunda, véase sino los derechos ancestrales a la tierra de los pueblos originarios. Y las cosas negativas, como la forma elitista de elegir a jueces inamovibles, siguen tal cual. Ni hablar de volver a artículos nacionales en materia de recursos naturales, propios de la Constitución de 1949.


Ese alejamiento de los partidos burgueses y oligárquicos, de los temas que importan a buena parte de los argentinos, más el marco de crisis económico-social, explica el rechazo y desinterés del que pueden sacar provecho 4 fachos vivos como Milei, no quedándose con los frutos de la economía sino con los votos desencantados.


Por eso la controversia entre CABA, apoyada por la Corte, y el gobierno nacional y los 14 gobernadores, no les quita el sueño a las mayorías. Y está mal que así sea. En esa disputa la verdad está más cerca del gobierno nacional que de la macrista administración porteña. Todo comenzó no con el recorte de coparticipación de septiembre de 2020 sino con el aumento a 3,75 y luego a 3,5 decidido por el gobierno de Mauricio Macri a favor de su country porteño.


Esa decisión macrista era coherente con el proyecto de país de esa parcialidad política tan emparentada con los monopolios y bancos locales e internacionales, onda Donald Trump, Christine Lagarde y David Lipton, ambos del FMI.


En esta pulseada por los fondos, tiene razón el gobierno nacional. De todas maneras no puede travestirse de “federal” porque, como las anteriores etapas kirchneristas, incumplió con la obligación que había desde 1994 de aprobar una nueva ley de coparticipación federal.


Y menos aún puede posar, como lo hizo Fernández en reportaje con el inaguantable Gato Sylvestre en C5N, como que estaría haciendo las cosas muy bien, que la economía crece este año 6 por ciento, que se crearon 1.7 millón de empleos, etc.


La línea de pobreza es de 146.000 pesos y la mitad de los trabajadores formales no llega a esa suma; hay 1.5 millones de desocupados y 5.6 millones de asalariados informales. Y si no fuera por las asignaciones y planes sociales, la pobreza sería del 50 por ciento; aún así hay 17 millones de pobres e indigentes. Esa es la Argentina “federal” de AF, CFK y el empleado de la Embassy. Acá en los primeros 9 meses de 2022 Techint ganó 24.433 millones de pesos más que en mismo lapso del año anterior.


GESTOS DE REBELDÍA POPULAR

Los pataleos entre el gobierno y la oposición no son irrelevantes, pero no constituyen el escenario principal de la política. Hay que tenerlo en cuenta para advertir en cada momento de cuál de esos contendientes, que a veces se unen (como en el acuerdo con el FMI y para la ley de Presupuesto 2023), puede venir la puñalada más peligrosa.


El escenario principal de la lucha de clases es la crisis económico-social y política generada por el ajuste fondomonetarista que viene realizando el actual gobierno, luego de convalidar la fraudulenta deuda de Macri con el FMI.


Massa se vanagloria de que el directorio del Fondo aprobó las cuentas del tercer trimestre del año y desembolsó 5.985 millones de dólares. Le faltó decir que antes el país le pagó a la entidad 2.678 millones y que entre enero y febrero pagará 3.300 millones. Lo que lo entró se volvió a ir, con el agravante de que aquellos tramos generan más deuda cuyo capital empezará a oblarse a partir de 2024. Otra aclaración que el massismo no hace: en 2023 se deberá pagar al Fondo 2.400 millones de dólares de sobrecargos por haber recibido un préstamo por encima de lo que le correspondía según su participación en la entidad.


No es sólo el mayor endeudamiento y el pago de aquella deuda ilegal y nunca investigada, y que terminó fugada según informe del Banco Central de mayo de 2020. Igual o peor que eso es que esa renegociación nos dejó empernados en un cogobierno que revisa mes a mes nuestras cuentas y nos dice qué hacer y qué no. Por ejemplo, junto con la aprobación de los deberes del tercer trimestre, hubo una “recomendación” de limitar el gasto público y cortar más los subsidios del Estado. Quieren un recorte de $ 1,36 billones, 380.000 millones más que los 980.000 millones calculados en octubre. Massa usará más la tijera contra el gasto público. Quiere seguir siendo el mejor alumno de Kristalina Georgieva y presidenciable en 2023 con aval del establishment…


El ministro necesita dólares y por eso ha presentado un proyecto de blanqueo para quienes tienen fondos y propiedades no declaradas en el exterior. Si los repatrian, con pagar sólo una tasa del 2,5 por ciento quedan premiados por el Estado, que recaudará más al sólo efecto de seguir cumpliendo con Georgieva. Esas deudas son sagradas, dicen los arrastrados ante Washington. En cambio las deudas con el pobrerío no lo son, al punto que los movimientos sociales y piqueteros tienen que acampar varias veces para arrancarle alguna promesa parcial a la concheta Tolosa Paz. Y después, volver a la carga, carpas y chicos al hombro.


Esa Argentina es la que deja poco para festejar en 2022, al margen de la Copa Mundial de Qatar, pero ésta fue de fútbol, no política. Con Messi y la Scaloneta se disfruta pero no se come, ni se educa ni se cura.


En política hubo algunos hechos para festejar.


Que el Frente Milagro Sala acampara dos días en Plaza de Mayo exigiendo el indulto presidencial que les negó Fernández.


Que las Abuelas de Plaza de Mayo encontraran al nieto recuperado 131 y pocos días después al 132 en Tucumán. Ellas no se cansan pese a tener 90 años o más.


Que Juan Grabois y el Frente Patria Grande entraran a la propiedad de Joe Lewis y acamparan a orillas del Lago Escondido, argentino pero vedado por ese magnate inglés y gobiernos afines.


Que la Unidad Piquetera apretara a Tolosa Paz por alimentos, máquinas y herramientas para los movimientos sociales.


¿Eso es poco a nivel nacional? Sí. No tenemos mucho para celebrar del 2022. No hay dioses, ni ruegos ni Reyes Magos que nos saquen de la malaria. Sólo romper con el FDT “del Aguante y el Recule” y formar entre todos un Frente del Aguante y la Lucha.


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